Yuzuki Daishi

Molde: nana Volks (yo-sd)
Apodo: Yuzu-chan
Color: azul cielo
Pelo: largo, negro, liso
Ojos: marrones
Edad: 17
Forma de vestir: un poco infantil

Nació el 23 de Junio en Itabashi, Tokio.
Siempre ha sido una buena estudiante  y de pequeña soñaba con tener un centauro de novio para que cabalgase y tuviese compañía al mismo tiempo.
No tuvo amigos, porque para ella sus amigos eran los estudios y su violín.
Se pasaba la vida estudiando y tocando su violín, aunque estuviese harta, pero era lo mejor para ella.
De pequeña, cuando la dejaban con sus abuelos paternos, se quedaba en el patio tocando una triste sinfonía con el violín. Odiaba a sus abuelos paternos. Su abuela paterna era alemana nazi, así que ya tenía un problema. Su abuelo paterno era japonés, pero no le decía nada a su mujer. Se llevaba todo el día quejándose del por qué una niña y no un barón, que podría llevárselo con ella a Alemania y alistarlo en el ejército. Regañaba cada dos por tres a la pobre Yuzuki, que sólo quería tranquilidad para poder estar concentrada.
Cada vez que se hacía más mayor, se planteaba dejar su casa más pronto, pues sus padres no dejaban de quejarse de que tenían poco dinero.
El 23 de Junio cuando iba a cumplir los 17, sus padres se separaron, por lo que se fue de su casa y se alojó en el piso antiguo de sus padres. Lo celebró sola. Se quedó todo el día llorando, no durmió, por lo que al día siguiente se quedó dormida hasta las 4 de la tarde. Cuando se despertó se encontró con que su madre la había encontrado, ya que se llevó las llaves del apartamento. Le trajo la merienda y quiso hablar con ella, a lo que ella dijo que no, que no quería hablar de nada. Su madre le trajo su violín y se lo dejó en la habitación. Empezó a tocar sola, en medio del salón. Le venían recuerdos de cuando era niña, cuando sus padres se querían. Entonces recordó algo un poco embarazoso: de pequeña quería tener un centauro. ‘’Soy tan ilusa. Los centauros no existen…’’ Por poco tiempo…
Se escuchó algo que provenía de la cocina.
Cuando llegó, había un centauro(por decirlo así) con el nombre de Zaphine.
Yuzuki, asustada, preguntó que por qué estaba allí.
Zaphine contestó que para cumplirle su pequeño deseo. ‘’Mi pequeño deseo…’’
Zaphine le dio un beso, y entonces se dio cuenta: el deseo que tenía de pequeña, se hizo realidad…



Charlaron toda la tarde. Felices, comentaron sus vidas, Yuzu creía que todo le saldría por una vez bien, pero... 
Al día siguiente, el centauro no estaba. Lloró y lloró, y juró que nunca más volvería a ver a alguien...
(De verdad, siento mucho que esté negro, es que no se quita... TT___TT)