Saliendo de su piso, se encaminó hacia el bar al que iba todos los días a tomarse su café y su tostada. Doggie estaba impaciente por desayunar con ella.
Cuando llegó, se sentó en una mesa de fuera.
-¿Qué desea, señorita?
-Lo mismo de siempre. Un capuccino y la tostada de siempre.
Doggie no paraba de dar vueltas de alegría, no se quedaba quieto, lo que duró poco, ya que el camarero vino rápidamente con su capuccino y su tostada.
-Aquí tiene.
-Gracias.
-Son 1,50$.
-Tome.
El camarero se fue, y ella le pegó el primer sorbo a su capuccino. Partió por la mitad la tostada. Le dió un mordisco a una parte, y cogió un trozo de la otra y se lo dió al perro. Doggie estaba muy feliz. Bebió un poco de capuccino. Le pegó otro mordisco, y cogió otra vez un trozo de la otra parte y se lo dió a Doggie, y así toda la mañana. Cuando terminó, se sentía mejor. Se levantó de su silla, cogió su bolso y su paraguas y se encaminó a su piso. Entonces empezó a llover, así que abrió su paraguas. Doggie caminaba a su lado para no mojarse. Entonces, Doggie olió algo y corrió hacia ello. Ella iba detrás, corriendo. Corriendo y corriendo llegaron a un bosque cercano de allí, y vieron a una persona alta, encogida bajo un árbol. Estaba empapada. Así que se acercó a ella.
-¿Estás... sola...?
-¿Es...a mí?
-Sí. ¿Podrías deirme cómo te llamas?
-Draculaura. Soy la hija del Conde Drácula. N-no te asustes, soy vegetariana. ¿Y tú?
-Ah... Soy Yuzuki Daishi.
-Oye... ¿me podrías decir para dónde se va a la escuela Monster High? Es que... algo me absorbió, y ahora no se dónde estoy...
-No existe ninguna escuela ni aquí ni en ningún lugar... lo siento...
-¿Ahora como vuelvo yo a mi casa?
-Puedes quedarte en la mía, no me importa, la verdad.
-Gracias.
Le cogió de la mano y se la llevó a su casa.
(Esta es una pequeña historia porque me aburría, y si, porque por Reyes mi madre me ha comprado la Draculaura con el novio.)
~Fin~